Por Juan Carlos Liendo O’Connor
Gestión de Riesgo Político
Director de la Revista Xauxa
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Al mismo tiempo, Cerrón omite una necesaria precisión sobre la naturaleza y carácter de la izquierda que representa; así, el que denomina “Primer Gobierno de Izquierda”, no se refiere a un gobierno nacional, sino a la proyección de la influencia de una coalición de gobiernos socialistas revolucionarios (marxistas-leninistas) de la región; tampoco precisa que Perú Libre ha logrado llegar al poder por que la izquierda globalista (caviar) los puso en el poder a través de elecciones sumamente cuestionadas. Cerrón debería precisar que los intereses de “ese primer gobierno de izquierda”, no es nacional sino transnacional, lo que él mismo denomina; “La Patria Grande”.
Cerrón describe en forma clara la jerarquía y contenido de los círculos de poder en torno al Gobierno de Castillo y propone una estructura de poder (insisto; desde la perspectiva de la Embajada de Cuba en Lima) para asegurar “la no vacancia” de Castillo por el Congreso de la República. La fórmula es; invertir el círculo de influencia de los “seis círculos de poder que rodean a Castillo”, colocando al Partido Perú Libre como director del proceso político nacional para la toma de decisiones en función de su plan de Gobierno (negado en más de cuatro ocasiones por Castillo durante la campaña), apoyado por la estructura caviar con la bancada de Juntos por el Perú y por lo que llama “derecha negociable” (literalmente más claro no puede ser, e incluye a los empresarios asociados con los caviares) de Acción Popular y Somos Perú; adicionalmente plantea excluir al círculo de familiares, los sindicalistas (radicales del MOVADEF) y a los “Chotanos”. Con este encuadre debería asegurar sobre la base de la unidad de la bancada de Perú Libre, un total de 44 votos para evitar cualquier intento de vacancia.
La estructura de poder que plantea Cerrón visualiza lograr el apoyo “seguro y confiable” de los países socialistas de la región y de actores políticos claves como Lula, es decir, obtener el apoyo político del Socialismo al Siglo XXI con soporte caviar y de la concurrencia de la “derecha negociable” (que incluye a empresarios “oportunistas”). No menciona Cerrón, que alinear al Perú en sus Relaciones Internacionales con los países socialistas latinoamericanos implica necesariamente pasar al eje global de los intereses de Rusia, China e Irán, y que se materializa sobre la realidad social y económica de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina y Bolivia, sus nexos con el crimen internacional organizado, una economía precaria, el enriquecimiento de las cúpulas partidarias en el poder de populismo autoritario en favor del Estado sobre la persona.
Con ello Cerrón obtiene una real y concreta capacidad de poder bajo la forma de “bloqueo congresal” para evitar la vacancia, y lograría convertir a Castillo en un “Ollanta Humala 2.0”, con los cuales muchos empresarios y medios de comunicación estarían sumamente conformes. El plan de la embajada cubana en Lima tendría éxito en cuanto a mantener el poder para asegurar sus intereses en la región.
En el Frente Interno: si bien es cierto, la idea propuesta apunta en forma coherente “sólo mantener el poder”, la estructura diseñada por Cerrón resulta inútil e incapaz para la “Gestión de Gobierno y de la Economía Nacional”. Las reales y escasas capacidades profesionales de personas disponibles para soportar la gestión de gobierno no pueden funcionar en una lógica ideologizada ni de liberalismo caviar, ni menos apostarían por apoyar a un gobierno de populismo autoritario marxista (aunque siempre encontrarán voluntarios para “apoyar desde dentro”); y por otro lado, el capital de inversión indispensable para la recuperación económica ya migró del país y no regresará por que la base de cualquier inversión es la confianza. Y no existe en el planeta tierra un país socialista marxista-leninista en el poder que genere confianza, antes que miedo.
En el Frente Extremo, los conflictos internacionales sobre el mar de China (incluye a EE.UU, Australia y Nueva Zelanda), como los que se producen por la abierta disputa entre Rusia y la OTAN sobre la frontera de Ucrania, y las tensiones Bielorrusia-Polonia, o el de Arabia Saudita versus Irán en Yemen que parecen escalar en los últimos días, ayuda a explicar la radicalización de tensiones en el Perú provocadas por Vladimir Cerrón, que se convierte en el único y mayor líder político con el poder protagónico en el Perú. La directiva escrita y difundida hoy (27 de diciembre de 2021) por Cerrón tiene su correlato internacional.
CONCLUSIÓN:
El comunicado de Vladimir Cerrón no es el reflejo de una “iluminación del razonamiento”, simplemente es la proyección de las decisiones e intereses del gobierno cubano dentro del marco del desarrollo de los acontecimientos internacionales sobre el Perú, que buscan poder sobre los recursos naturales con la excusa y apoyo de la narrativa del Socialismo al Siglo XXI, que tiene muchas opciones de imponerse con el apoyo caviar y grupos de “derecha” negociables. Cerrón es un representante de la “Patria Grande” y está decidido y convencido de continuar con esa agenda.
Convertir a Castillo en un “Ollanta Humala 2.0” dirigido por Perú Libre con el apoyo caviar es un despropósito para querer repetir la historia, la realidad económica y de capacidades de gestión locales la hacen inviable. Ollanta Humala sólo pude seguir “una hoja de ruta” por que la bonanza económica de ese entonces le permitía el apoyo caviar, empresarial y de los medios de comunicación, bajo la dirección de Nadine. Hoy las diferencias son muy claras.
Ante la naturaleza transnacional de la propuesta de Cerrón y la posibilidad de que Perú pase a integrar el eje La Habana-Caracas con el apoyo de potencias hegemónicas extra continentales, sólo queda un espacio en el Perú para oponerse y enfrentar al muy bien estructurado plan de Cerrón que visualiza “solo una estrategia de bloqueo congresal de la vancancia” […] y este es el establecimiento de un plan de gobierno con objetivos claros y concretos de corto plazo soportado por un nuevo liderazgo político, joven, profesional, audaz y decidido que oponga el patriotismo y el sentido común a la ideología e intereses del neo marxismo (caviar) y del Socialismo al Siglo XXI en el Perú.