El Regreso de Pizarro a Lima

El regreso de Francisco Pizarro a la Plaza de Armas de Lima: Un símbolo de unidad y mestizaje cultural

En una jornada cargada de historia y simbolismo, el corazón de Lima volvió a latir con fuerza al recibir nuevamente la estatua ecuestre de Francisco Pizarro en la emblemática Plaza de Armas. Este evento, realizado en el marco del 490 aniversario de la fundación de la Ciudad de los Reyes, marca no solo un homenaje al pasado, sino también un llamado a la unidad y la integración de las culturas que dieron forma al Perú mestizo y diverso en el que vivimos hoy en día.

El 18 de enero de 1535, a orillas del río Rímac, Francisco Pizarro fundó la ciudad de Lima, estableciendo las bases de una urbe que sería punto de encuentro entre dos mundos: el andino y el hispano. Por ello, el retorno de su estatua al centro histórico no es un mero acto conmemorativo, sino un gesto cargado de significado. En un casi discreto espacio vecino al imponente Palacio de Gobierno, la Municipalidad y la Catedral, las palabras del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, expresaron con claridad la dimensión y el alcance del vínculo que une a España con América Latina, y en especial con el Perú.

Díaz Ayuso, en un emotivo discurso, recordó los lazos históricos que nos conectan:  

*”Miramos al pasado que inició Francisco Pizarro con orgullo y vivimos el presente con ilusión y ganas; pensamos en el futuro con esperanza. Que este aniversario sea un recordatorio de todo lo que hemos logrado juntos y de todo lo que podemos alcanzar si seguimos trabajando unidos”.

Hoy el Perú es mucho más que la suma de sus raíces hispanas e incas; es un crisol donde lo andino, lo europeo, lo africano y asiático se fusionaron para crear una identidad única. El regreso de la estatua de Pizarro a la Plaza de Armas simboliza este mestizaje que define nuestra nación, un país que, desde su origen, ha sabido integrar culturas, valores y tradiciones. Hoy, el Perú no solo celebra su pasado, sino que abraza su diversidad como un pilar fundamental de su identidad.

El Perú es hispano, es andino y, sobre todo, es mestizo. En cada rincón del país, la gastronomía, la música, el arte y las tradiciones cuentan historias de integración. Desde el huayno hasta la marinera y la zamacueca, desde el maíz de los Andes hasta el aceite de oliva traído de España, el Perú demuestra que las diferencias pueden enriquecernos y hacernos más fuertes.

El retorno de la estatua de Francisco Pizarro es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra historia sin dejar que los prejuicios de la “leyenda negra” empañen el esfuerzo, los sacrificios, el dolor, las alegrías, los desafíos y la terca voluntad de continuar siendo peruanos. Más allá de las controversias, este acto nos invita a reconocer que nuestra identidad se construye sobre la integración de dos mundos que, aunque diferentes, compartían el sentido místico y profundo de su religiosidad, que llegaron a encontrar en estas tierras un espacio común.

En un mundo cada vez más dividido, el Perú ofrece un ejemplo de cómo la diversidad puede ser un motor de unidad. La Plaza de Armas, el lugar donde comenzó todo, vuelve a ser testigo de este reconocimiento histórico. Aquí, la estatua de Pizarro no solo honra al fundador de Lima, sino que también representa un futuro donde el mestizaje cultural siga siendo motivo de orgullo y esperanza.

El Perú de hoy es un país cosmopolita que abre los brazos a todos aquellos que quieran formar parte de su historia. Aquí, cualquier persona puede convertirse en peruano, aceptando nuestra diversidad y abrazando los valores que nos definen: el respeto por nuestras raíces, el respeto por nuestra fe, por nuestras tradiciones e historia, y la capacidad de integrar elementos andinos e hispanos en un todo armónico.

Este aniversario no es solo una mirada al pasado; es un llamado a trabajar juntos por un futuro donde las diferencias sean fuente de fortaleza y no de división. Porque, al fin y al cabo, el Perú no es solo el país que fue fundado hace 490 años; es el país que seguimos construyendo día a día, juntos, como un pueblo unido y diverso. 

Hoy, más que nunca, recordemos que la historia que comenzó con Francisco Pizarro sigue viva en cada uno de nosotros, y que el mestizaje que nos define es nuestro mayor tesoro. ¡Feliz aniversario, Lima, Ciudad de los Reyes!

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