Una mirada a Venezuela
Por Italo Orihuela
iorihuelao@unmsm.edu.pe
Hemos visto con enojo e impotencia, la consolidación de una Dictadura en el hermano país de Venezuela el último 10 de enero del presente. Si esa es una consecuencia de aceptar lo que conocemos como Democracia, siendo la ONU y la OEA instituciones que miran de soslayo su consumación, entonces como peruanos estamos avisados que la Democracia es un sistema que se amolda a intereses ideológicos y personales, dejando de lado los de la patria.
Una cosa es lo que aceptamos como Democracia, otra es la realidad. Sabemos que, dentro de todos los sistemas políticos la Democracia es el menos imperfecto, sin embargo ¿Cómo es posible que un sátrapa pueda burlarse del “gobierno del pueblo y para el pueblo”? ¿Es posible que como ciudadanos al momento de las elecciones podamos detectar al futuro gobernante y cumpla con lo ordenado por sus mandantes? La respuesta es negativa; no es posible porque el sistema es aprobado por normas que nacen de un Poder Legislativo, que responde a grupos parlamentarios, de personas, que tienen intereses espurios. Si esto funciona de esa forma, entonces el pueblo elector tiene responsabilidad en aquellos “elegidos del pueblo”: la fragilidad de la Democracia en toda su dimensión.