UNA HISTORIA EN EL TERREMOTO DE YUNGAY (1970)

LOS SINCHIS: “ANGELES QUE CAYERON DEL CIELO”

Por José Flores Guerrero
General de Brigada (r)

El último 12 de mayo, hubo un sismo de 5.5 de magnitud, cuyo epicentro se ubicó a unos 30 kms al Oeste de Chilca-Cañete-Lima, causando como siempre el temor y la duda en la población, debido a que, desde hace varios años, se le viene diciendo que existe el llamado “silencio sísmico” (por un poco más de 276 años), y se espera que la liberación de energía, ocasionaría un sismo mayor a los 8.8 de magnitud, que afectaría especialmente a la Región Lima. Que, según el Censo del año 2017, “el departamento con mayor población es Lima al totalizar 9 millones 485 mil 405 habitantes; del cual, la provincia de Lima (43 distritos) tiene 8 millones 574 mil 974 habitantes; y la Región Lima 910 mil 431”1 habitantes.

Expertos como el Dr. Hernando Tavera, Presidente Ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú, ha manifestado en diferentes ocasiones, por diferentes medios y de manera insistente que, la población debe estar preparada para afrontar un desastre de gran magnitud, el cual lastimosamente sobrepasaría, las actuales capacidades nacionales.

Hay que tener presente que cada día del año, sucede como mínimo un sismo en alguna parte de nuestro territorio, la gran mayoría de ellos son de pequeña magnitud, de poco tiempo de duración o su epicentro se encuentra a gran profundidad, por ello son poco percibidos por la población.

Mayo, es un mes peculiar para nuestra sociedad, pues estamos a escasos días de cumplir 52 años del terremoto de Yungay, sucedido a las 15:23 hrs., del 31 de mayo de 1,970, con una magnitud de 7.9, cuyas consecuencias lo describen como “uno de los terremotos más catastróficos en la historia del Perú y el mayor del siglo en el hemisferio occidental, afectando con destrucción y desolación a más de 3’140,000 habitantes con el trágico saldo de 66,750 vidas humanas pérdidas. El epicentro del sismo fue ubicado a 50 Km. de profundidad a 30 Km. al Oeste de Chimbote, en el mar, en el departamento de Ancash, a 375 Km. al Norte de Lima”2.

Es sabido que “como un efecto secundario del terremoto el desprendimiento de la cornisa del nevado Huascarán norte, provocó un alud de grandes proporciones que arrasó, en el mismo departamento, la población de Yungay, los caseríos vecinos y otras comunidades en la quebrada Ranrahirca y el valle del río Santa incluyendo Caraz; con la pérdida de 7 a 8 mil vidas”3.

Este desastre natural, marcó un antes y un después en el País, en lo relacionado a cómo enfrentar los desastres, por ello el Gobierno de turno, determinó en el año 1972, la creación del Sistema Nacional de Defensa Civil4. Con ello, “se produce un cambio sustantivo en el manejo de los desastres porque el Estado centra más su atención hacia la seguridad de la gente … y en la descentralización de la respuesta a desastres”5.

Al rememorar este trágico evento, permite poner énfasis en ciertos detalles, circunstancias, coyunturas, situaciones y acciones, algunas de ellas descollantes, que tuvieron relación con este hecho, el mismo que lógicamente es considerado por una parte como triste y desconsolador por las trágicas consecuencias; así como, por otro lado, lleno de empatía, solidaridad y apoyo, en base a las acciones posteriores que unificaron a nuestra Nación.

Algunos de ellos, son los siguientes:

En 1970, el llamado entonces “Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada”, tuvo la ardua tarea de la respuesta, el apoyo post desastre y de la reconstrucción.

La Junta de Asistencia Nacional (JAN), manejo la Ayuda Humanitaria para los miles de damnificados, logrado a través de la primera dama, millones de soles de la época para ayuda.

Mediante Decreto de Ley6, se crea la “Comisión de Rehabilitación y Reconstrucción de la Zona de Afectada (CRYRZA)”, cuya tarea fue ardua y culminó años después.

Ese fatídico 31 de mayo de 1970, a las 1200 hrs., se llevaba a cabo el partido inaugural del Mundial de Futbol “MEXICO 70”, con gran expectativa en toda la Nación, toda vez que nuestro seleccionado participaba en ese evento futbolístico. La Población de Yungay, acostumbraba a juntarse para escuchar los Radios de la localidad.

Asimismo, ese día en la ciudad, el Circo “Berolina”7 (que desde su arribo, fue ubicado en el Estadio Fernández, parte alta de la ciudad y lejos del centro) ofrecía una función vespertina, por lo que familiares, profesores y alumnos (niños y niñas) asistirían a partir de las 1500 hrs., a dicha función circense. El destino quiso que ese casi centenar de personas salvaran sus vidas.

El desastre natural aisló por completo a la ciudad, pues las vías de comunicación quedaron destruidas, socorrer a los heridos y llevar la ayuda humanitaria, era una tarea casi imposible, no se podía llegar por tierra.

La única opción era por vía aérea, pero no había un lugar aparente para aterrizar, además, que durante varios días posteriores al desastre se mantuvo levantada sobre la ciudad, una espesa nube de polvo que, junto a la neblina de la zona, hacía difícil la observación de las aeronaves que sobrevolaban el lugar.

Se decidió, emplear personal de paracaidistas, designándose a la 48va Comandancia de la Guardia Civil, denominados los “Sinchis”, acantonados en Mazamari (Región Junín). Inicialmente fueron seleccionados Sesenta (60) efectivos, con el transcurrir de los días llegaron a ser 114 efectivos que participaron en esta Operación aerotransportada.

El 3 de junio de 1970, al mando de su Jefe de Unidad, el Comandante GC Ernesto AGUILAR HEREDIA, salieron los dos primeros aviones C-47 de la FAP, con 30 paracaidistas “Sinchis” cada uno, rumbo a la zona de desastre. No se veía casi nada, por la mezcla de la neblina y la polvareda que permanecía sobre la ciudad, durante el salto empezó a faltarles el aire, no solo por la altura, sino porque estaban respirando puro polvo, según el relato de algunos protagonistas.

Los niños sobrevivientes, hoy adultos entre los 60 a 70 años de edad, rememoran muchas vicisitudes, como que los pocos alimentos comenzaron a escasear conforme iban llegando más sobrevivientes en el transcurrir de las horas, no había mantas ni techo para protegerse, había desesperación al no encontraban más medios para seguir sobreviviendo, la gente lloraba y rogaba a Dios que los ayude, que los proteja.

Cuando ese día 3 de junio, los niños empezaron a gritar, que Dios había escuchado sus ruegos y había enviado sus Ángeles, que por el color de sus ropas eran los “Ángeles Verdes”, que iban descendiendo del cielo y traían consigo alimentos y ayuda.

Las tareas realizadas por los “ANGELES VERDES”, fueron: remoción de escombros para rescatar heridos, entrega de alimentos, así como carpas para ir habilitando un área de refugio, seguridad contra el pillaje, entrega de medicinas, incluso recuerdan que inicialmente había un solo enfermero, muchos de ellos tuvieron que aprender rápidamente a poner inyecciones, vacunar a la gente para evitar epidemias, hacer entablillados para tratar facturas. Asimismo, otra de las tareas principales fue la de habilitar una pista de aterrizaje de emergencia a fin de que se pudiera recibir la ayuda humanitaria a través de un puente aéreo, tareas que permitieron aminorar la tragedia.

Este 31 de mayo, se cumplirá 52 años de uno de los más catastróficos desastres sufrido por nuestra sociedad, así como de la primera la primera operación policial aerotransportada de rescate a víctimas por desastres naturales en Latinoamérica. Honor y Gloria para esos héroes de nuestra Policía, los “SINCHIS”, que también fueron conocidos como los “ANGELES VERDES”, que honraron con su accionar el Lema que los distingue: “SOLO MERECE VIVIR QUIEN POR UN NOBLE IDEAL ESTÁ DISPUESTO A MORIR”.

ES IMPORTANTE TENER SIEMPRE PRESENTE, A MANERA DE CONCLUSIONES LO SIGUIENTE:

  • Estamos ubicados en una zona sísmica, con 276 años de silencio sísmico, por ende, la liberación de energía acumulada, originará un sismo de gran magnitud.
  • Existe una exigua conciencia de seguridad sobre los peligros de origen natural. A lo que se le suma la precariedad, el informalismo en la construcción, al abandono estatal, la falta de prevención y la normal dejadez de los ciudadanos desinformados.
  • La falta de interés en la parte preventiva a cargo del Estado, en cada nivel de Gobierno, es porque siguen aferrados a que su función solo es reactiva, lo cual comprueba la falta de capacidades y de entendimiento.
  • Loable son las acciones preventivas, en base a la tecnología y a las buenas prácticas foráneas, como es la implementación del futuro Sistema de Alerta Temprana (en el caso de sismos), previniendo con apenas algunos segundos el fenómeno natural. Con el tiempo, veremos su efectividad.
  • Los escasos simulacros aprobados por el Estado, se han convertido en show para la prensa, los protagonistas son de las entidades de primera respuesta, en lugares pre establecidos, pero lo cierto, es que a la población no les interesa, pues siguen con sus quehaceres propios. Es “un saludo a la Bandera”.
  • Por último, han pasado 52 años de una acción descollante por parte de un grupo de paracaidistas de la Policía, pertenecientes a la 48va Comandancia “Los Sinchis”. Ellos, actualmente en situación de retiro, pues bordean una edad promedio a los 75 años, algunos de ellos ya han partido a la eternidad. Por ende, es menester de que la Institución y sobre todo la Nación, siga manteniendo ese legado mediante el reconocimiento constante y la difusión de sus actos a las nuevas generaciones.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

  1. INEI, POBLACIÓN DEL PERÚ TOTALIZÓ 31 MILLONES 237 MIL 385 PERSONAS AL 2017, Nota de Prensa Nº 108 del 25 de junio de 2018, Censo 2017.
  2. CASAVERDE, M., EL TERREMOTO DE ANCASH Y EL ALUD ALUVIÓN DEL NEVADO HUASCARAN, recuperado de  http://bvpad.indeci.gob.pe/doc/pdf/esp/doc1992/doc1992-contenido.pdf, el 12 de mayo de 2022.
  3. CASAVERDE, M., EL TERREMOTO DE ANCASH Y EL ALUD ALUVIÓN DEL NEVADO HUASCARAN, recuperado de  http://bvpad.indeci.gob.pe/doc/pdf/esp/doc1992/doc1992-contenido.pdf, el 12 de mayo de 2022.
  4. Decreto Ley Nº 19338, del 28 de marzo de 1972.
  5. FERRADAS, P., Desastres: una mirada histórica y social para la gestión del riesgo, Revista de Sociología 31(2020):55-80, recuperado de https://revistasinvestigacion.unmsm.edu.pe/index.php/sociologia/article/view/19276/16113,   el 12 de mayo de 2022.
  6. Decreto Ley Nº 18306 del 9 de junio de 1970.
  7. El Comercio, Yungay: a 45 años del peor terremoto de la historia peruana, Huellas Digitales, del 29 de mayo de 2015, recuperado de https://elcomercio.pe/blog/huellasdigitales/2015/05/yungay-a-45-anos-del-peor-terremoto-de-la-historia-peruana/?ref=ecr, el 13 de mayo de 2022.

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